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2013. Experiencias del Primer Boca de Urna Online en Am̩rica Latina por Juan Pablo de los Reyes, Libra Panels





La opinión pública es uno de los últimos bastiones de la investigación que se resiste a los encantos de las encuestas online. La resistencia más voraz llega desde concepciones metodológicas del muestreo probabilístico, tan arraigado en las técnicas más tradicionales. Pero asumir esta postura tiene el peligro de obviar los ríos de información que fluyen a través de los nuevos canales delas redes sociales.

 

 

 

En Estados Unidos la discusión lleva varios años: allí se han realizado pruebas durante jornadas electorales con herramientas online de predicción de votos. Se probó tanto en elecciones legislativas como en las presidenciales, y sus resultados han sido bastante precisos, por lo cual los institutos están comenzando a definir el terreno de la discusión. 

 

En la región estamos en una etapa de implementación incipiente: sea por preconceptos infundados, por la baja penetración de internet (a pesar de que Argentina y Chile tienen niveles comparables a los de España) o por simple desconocimiento de la metodología. Pero la oportunidad de cambiar esta tendencia se presentó con las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la Argentina en el mes de agosto. Éstas serían el escenario ideal para no sólo evaluar las capacidades de la investigación de opinión pública online de cara a las elecciones definitorias de octubre, sino también para experimentar con el aporte de las redes sociales, hoy ampliamente utilizadas por la población (hoy Argentina es el país de mayor uso de redes sociales, y el tercero con mayor penetración de Facebook en el mundo, de acuerdo a estudios de Comscore y eMarketer).

 

Se diseñó el estudio con el fin de tener un relevamiento político nacional, con los retos que esto significa al tener regiones tan disímiles en términos de población y de hábitos de uso de internet como Formosa y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se optó por combinar las capacidades de las redes sociales y paneles abiertos (distinto al modelo de panel cerrado donde sólo se puede acceder a través de una invitación) intentando obtener la muestra heterogénea abarcando todos los niveles educativos y rangos de edad. La mayor dificultad se encontraba en que la ventana de tiempo disponible era limitada, de sólo 9 horas. Por esto resultaba casi imposible predecir cuanto tráfico se podía generar en tan poco tiempo. 

 

El objetivo de realizar un boca de urna online implicaba que se debía conseguir una muestra donde no hubiera solamente personas jóvenes y de niveles educativos medios-altos, que son las que más participan en redes sociales, sino que también tuvieran representación las personas mayores y con otros niveles educativos. Con la muestra proveniente de un panel esto es más fácil de controlar ya que se tiene la opción de gestionar los envíos que se realizan, de manera de poder anticipar cuántas personas entrarán, y el perfil de los mismos. Sin embargo, la muestra correspondiente a las redes sociales podría resultar desbalanceada al no tener control sobre la viralización de la encuesta, un factor que por otro lado, resulta beneficioso al difundirse entre amigos. Por eso es importante tener un buen conocimiento del manejo de estas herramientas, para controlar los accesos a los estudios.

 

A fin de controlar el progreso del campo, se seleccionaron las variables sociodemográficas básicas (sexo, edad y provincia) y se añadió la de nivel educativo. No se utilizaron preguntas para determinar el nivel socio económico ya que incrementarían la duración de la encuesta innecesariamente, aumentando la tasa de abandono: educación es una variable de control eficiente para hacer una segmentación de la población en este caso.

 

El campo se inició junto a la jornada electoral, a un ritmo lento, pero que repuntó conforme pasaron las horas: hacia el mediodía, el tráfico generado por las redes sociales casi duplicaba a la capacidad del panel, una tendencia que se mantuvo a lo largo de toda la jornada, a pesar de las bajas expectativas que teníamos en torno al uso de internet un domingo. 

 

Una novedad del uso de las redes sociales para difundir la encuesta fue recibir feedbackde los usuarios en tiempo real acerca de la iniciativa. Uno de los comentarios más recurrentes fue la preocupación por la privacidad de sus preferencias políticas algo que no resulta sorprendente en un esquema de polarización electoral, que implicó un trabajo delicado de comunicación para reforzar la confianza en el manejo de la privacidad de la información. 

 

Al finalizar el campo, 9 horas después, la cantidad de relevamientos realizados fue de más de 6100 casos, superando ampliamente toda expectativa. Se obtuvo una amplia lectura nacional, aunque la cantidad de participantes variaba de acuerdo a la cantidad de habitantes de cada provincia. 

 

Se logró una muy buena distribución de edad en las principales plazas y los resultados fueron acertados en 16 de los 20 principales candidatos, en las grandes plazas como Capital Federal, Santa Fé y Mendoza. Los resultados de esta primera experiencia online de boca de urna en America Latina son altamente alentadores para futuros estudios de opinión pública. Aún queda un muy largo camino por recorrer, y el potencial de la utilización de las redes sociales para la investigación de la opinión pública está comenzando a desarrollarse. 

 

La opinión pública es uno de los últimos bastiones de la investigación que se resiste a los encantos de las encuestas online.La resistencia más voraz llega desde concepciones metodológicas del muestreo probabilístico, tan arraigado en las técnicas más tradicionales. Pero asumir esta postura tiene el peligro de obviar los ríos de información que fluyen a través de los nuevos canales delas redes sociales. 

 

En Estados Unidos la discusión lleva varios años: allí se han realizado pruebas durante jornadas electorales con herramientas online de predicción de votos. Se probó tanto en elecciones legislativas como en las presidenciales, y sus resultados han sido bastante precisos, por lo cual los institutos están comenzando a definir el terreno de la discusión. 

 

En la región estamos en una etapa de implementación incipiente: sea por preconceptos infundados, por la baja penetración de internet (a pesar de que Argentina y Chile tienen niveles comparables a los de España) o por simple desconocimiento de la metodología. Pero la oportunidad de cambiar esta tendencia se presentó con las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la Argentina en el mes de agosto. Éstas serían el escenario ideal para no sólo evaluar las capacidades de la investigación de opinión pública online de cara a las elecciones definitorias de octubre, sino también para experimentar con el aporte de las redes sociales, hoy ampliamente utilizadas por la población (hoy Argentina es el país de mayor uso de redes sociales, y el tercero con mayor penetración de Facebook en el mundo, de acuerdo a estudios de Comscore y eMarketer).

 

Se diseñó el estudio con el fin de tener un relevamiento político nacional, con los retos que esto significa al tener regiones tan disímiles en términos de población y de hábitos de uso de internet como Formosa y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se optó por combinar las capacidades de las redes sociales y paneles abiertos (distinto al modelo de panel cerrado donde sólo se puede acceder a través de una invitación) intentando obtener la muestra heterogénea abarcando todos los niveles educativos y rangos de edad. La mayor dificultad se encontraba en que la ventana de tiempo disponible era limitada, de sólo 9 horas. Por esto resultaba casi imposible predecir cuanto tráfico se podía generar en tan poco tiempo. 

 

El objetivo de realizar un boca de urna online implicaba que se debía conseguir una muestra donde no hubiera solamente personas jóvenes y de niveles educativos medios-altos, que son las que más participan en redes sociales, sino que también tuvieran representación las personas mayores y con otros niveles educativos. Con la muestra proveniente de un panel esto es más fácil de controlar ya que se tiene la opción de gestionar los envíos que se realizan, de manera de poder anticipar cuántas personas entrarán, y el perfil de los mismos. Sin embargo, la muestra correspondiente a las redes sociales podría resultar desbalanceada al no tener control sobre la viralización de la encuesta, un factor que por otro lado, resulta beneficioso al difundirse entre amigos. Por eso es importante tener un buen conocimiento del manejo de estas herramientas, para controlar los accesos a los estudios.

 

A fin de controlar el progreso del campo, se seleccionaron las variables sociodemográficas básicas (sexo, edad y provincia) y se añadió la de nivel educativo. No se utilizaron preguntas para determinar el nivel socio económico ya que incrementarían la duración de la encuesta innecesariamente, aumentando la tasa de abandono: educación es una variable de control eficiente para hacer una segmentación de la población en este caso.

 

El campo se inició junto a la jornada electoral, a un ritmo lento, pero que repuntó conforme pasaron las horas: hacia el mediodía, el tráfico generado por las redes sociales casi duplicaba a la capacidad del panel, una tendencia que se mantuvo a lo largo de toda la jornada, a pesar de las bajas expectativas que teníamos en torno al uso de internet un domingo. 

 

Una novedad del uso de las redes sociales para difundir la encuesta fue recibir feedbackde los usuarios en tiempo real acerca de la iniciativa. Uno de los comentarios más recurrentes fue la preocupación por la privacidad de sus preferencias políticas algo que no resulta sorprendente en un esquema de polarización electoral, que implicó un trabajo delicado de comunicación para reforzar la confianza en el manejo de la privacidad de la información. 

 

Al finalizar el campo, 9 horas después, la cantidad de relevamientos realizados fue de más de 6100 casos, superando ampliamente toda expectativa. Se obtuvo una amplia lectura nacional, aunque la cantidad de participantes variaba de acuerdo a la cantidad de habitantes de cada provincia. 

 

Se logró una muy buena distribución de edad en las principales plazas y los resultados fueron acertados en 16 de los 20 principales candidatos, en las grandes plazas como Capital Federal, Santa Fé y Mendoza. Los resultados de esta primera experiencia online de boca de urna en America Latina son altamente alentadores para futuros estudios de opinión pública. Aún queda un muy largo camino por recorrer, y el potencial de la utilización de las redes sociales para la investigación de la opinión pública está comenzando a desarrollarse. 


 



Juan Pablo de los Reyes

Licenciado en Relaciones Internacionales de la Univ. Torcuato Di Tella. Actualmente Panel Manager de Livra Panels, proveedor de panel online en Am̩rica Latina.

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TESI
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CIO
Vanesa Halperin / Diego Segovia