Pero adjudicarle a todas las consultoras malas intenciones o falta de profesionalidad, señalándolas furiosamente con un dedo acusador, no contribuye a entender fenómenos complejos. No dudo que haya consultoras que desprestigian la profesión. Estas son claramente identificables porque se “equivocan” siempre para el mismo lado. Pero el resto, la gran mayoría, construyen su prestigio edificando sobre los aciertos, que en cada caso son fácilmente mensurables. El trabajo de las consultoras de opinión tiene un alto grado de exposición que muy pocas profesiones poseen.
Voy a exponer tres argumentos que, en mi opinión, explican la poca precisión de gran parte de las consultoras en estas últimas elecciones.
¿Las consultoras mienten o les mienten a ellas?
Hay en la actualidad cuatro formas de realizar encuestas: 1- IVR : Llamados telefónicos con una máquina automática, 2- CATI , 3- Face to Face y 4- Online utilizando un Panel.
Las encuestas IVR son las más económicas, pero las menos precisas. Dado el alto esfuerzo que implican para el encuestado, las responden principalmente aquellos a quienes les interesa mucho difundir su opinión. Por eso los datos que arroja son muy distorsionados.
Las dos siguientes requieren de la presencia de un encuestador y en ese punto me quiero detener.
Lo más interesante y determinante en este caso era entender qué actitud tomarían los votantes de Recalde, Zamora y Bregman. Rodríguez Larreta, por su lejanía política, sólo podía aspirar a que éstos votaran en blanco.
En encuestas realizadas previamente estos votantes mostraban claramente un mayor interés por temas políticos que los votantes de los candidatos que accedieron al ballotage. Se puede afirmar que aquellos que eligieron a Recalde, Zamora y Bregman, son los más ideologizados.
¿Qué actitud tomaron sus líderes? Los tres sugirieron que Lousteau y Larreta “eran lo mismo”, por lo tanto llamaron a votar en blanco o no se pronunciaron por ninguno de los dos. Pero ¿era eso lo que realmente pensaban o preferían? En encuestas previas se podía ver que en esos votantes Larreta despertaba niveles de rechazo mucho más altos que el candidato de ECO.
Lo que es políticamente correcto para el kirchnerismo y para la izquierda es lo que declararon sus líderes, y muchos de sus votantes en sus encuestas. Pero la alegría manifestada por el aparato propagandístico del Frente para la Victoria al recibir los resultados demuestra que aquello que manifestaban antes sus líderes y muchos de sus seguidores, distaba de reflejar la realidad de sus preferencias. Gran parte de los votantes de Recalde, Zamora y Bregman dijo lo que se esperaba de ellos, pero hizo lo que sintió.
Entonces vale la pena reparar en el cuarto método. Curiosamente la consultora que mejor pronosticó los resultados fue la que lo hizo de forma Online. En esta forma el encuestado se encuentra solo frente a la computadora, y así cuenta con las condiciones para expresar lo que verdaderamente siente o piensa. En la encuesta online el encuestado ve las fotos de los candidatos, al igual que en el nuevo cuarto oscuro, y con la misma intimidad.
En síntesis, la “corrección política” de los segmentos más ideologizados a la hora de manifestar a los demás sus preferencias, le jugó en contra a las encuestadoras tradicionales. Las consultoras miden lo que la gente dice que va a hacer, no lo que la gente realmente hace.
Sensación de hecho consumado
El día posterior a las elecciones de primera vuelta comenzó una fuerte campaña para que Lousteau se bajara del ballotage. Después del festejo triunfalista con globos y bailes que realizó el PRO el 5 de julio, los votantes de Larreta entendieron que el triunfo era un hecho consumado. Muchos comunicadores siguieron abonando esa idea con el fin de presionar a Lousteau.
La poca concurrencia que tuvieron las mesas en las comunas donde el PRO es más fuerte (2, 13 y 14), demuestran el poco interés de los votantes de Larreta en una elección que ellos ya habían celebrado como un éxito. Sus votantes en las encuestas no declaraban que se irían de vacaciones, o a pasear ese domingo soleado.
Tiempos entre la encuesta y las elecciones
Para poder difundir los datos el viernes previo a las elecciones, las consultoras deben dejar de encuestar el día martes o miércoles previo. Es decir, entre el fin de la recolección de opiniones y las elecciones, hay cuatro o cinco días muy importantes.
En este caso sucedieron tres hechos que, en mi opinión, jugaron de alguna manera en la elección: el paro docente a tres días de las elecciones; el apartamiento de Bonadío en la causa Hotesur; y el allanamiento a la casa de Víctor Hugo Morales. No hay manera de saber a ciencia cierta cómo impactó cada uno de ellos, pero en todo caso son hechos con fuerte presencia mediática que pueden afectar la decisión de los votantes.
Encuestas, encuestadoras y democracia
Medir fenómenos sociales es muy complejo, lo que no quiere decir imposible. Acusar a las consultoras con generalizaciones infundadas es un acto de irresponsabilidad, que no le hace bien a la democracia ni a la sociedad. Las encuestas son un insumo que el votante puede tener en cuenta para decidir su voto (tanto como los políticos las tienen en cuenta para definir sus estrategias). Los medios pueden hacer un gran aporte difundiendo solo aquellas que están hechas con profesionalismo. Eso requiere de ellos investigar y exigir estándares de calidad, tal como lo deberían hacer con cualquier información que comunican.
Como señalé anteriormente, nuestro trabajo tiene un grado de exposición muy alto. Si uno sigue la trayectoria de cada consultora a lo largo del tiempo podrá separar la paja del trigo.
Y sobre todo respetar a los que se toman esta profesión con seriedad y honestidad.
VALENT̍N NABEL.
SOCIÓLOGO. EGRESADO DE LA UNIVERSIDAD DE TEL AVIV.
Se especializó en temas relacionados con inmigración y discriminación.
Maestría en la UNTREF: Generación y Análisis de Información Estadística.
Actualmente dirige Opinaia.