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2007. El oficio del Investigador por Juan Carlos Tejada, Sondeo Jefferson Davis





Es común que al investigador se lo llame “encuestador” o a la empresa “encuestadora”, creo que todos lo hemos escuchado alguna vez.

Quizás sea un título ganado por lo que se percibe de la actividad o un sesgo de la especificidad de la actividad En todo caso, ¿por qué no se lo llama “estadístico”? ¿Acaso no trabaja con estadísticas? O “analista”. ¿Acaso no hace análisis de la información? ¿Será que aún no está consolidada la identidad de investigador en nuestra actividad? ¿Será que da lo mismo operar con una fracción de algunas de sus partes y que, “hacer encuestas” sea considerado investigación? En ese caso, ¿cómo se define el campo competitivo de los investigadores?, y, además, ¿cuánto contribuimos los propios in- vestigadores a esta percepción? Tanto las empresas contratantes como los profesionales de la actividad, sin duda, debemos responder a estas cuestiones.

Ser investigador –o una empresa de investi- gación de mercado- supone una totalidad inte- grada que da como resultado un producto superior al que corresponde a cada una de sus partes.

¿Por qué investigadores? Porque es un aspecto relevante y de esencia, que define una identidad, y cuya característica está compuesta por un buen número de cualidades que se asientan en dos pilares fundamentales: el dominio de los aspectos técnicos y la creatividad.

El dominio de los aspectos técnicos re- quiere estudio, experiencia, más estudio, actualización y más estudio.

La creatividad significa –para nosotros- dedicación en un continuo pensar el problema,

para explorar nuevos caminos, nuevas implicancias. Es compenetrarse y comprometerse, es poner en juego todas las variables para en- contrar una síntesis nueva y creativa. Es, en definitiva, dar respuestas creativas para enri- quecer con nuevas posibilidades las acciones queseimplementen.Y,sino se ha nacido con el “Don” divino de la creatividad, la mayoría de los mortales lo resuelve con dedicación. Con mucha dedicación, para no ser profetas de lo obvio.

¿Por qué un oficio? Porque nos da la idea de cercanía, abordaje artesanal y una dosis -no pe- quen�?a- de humildad.

Cercanía y humildad para comprender el objeto de estudio y poder realizar un buen encuadre de objetivos y de propuesta mues- tral. (¿No sorprende el hecho de que mu- chas veces se “sabe” el resultado antes de comenzar el estudio?)

Cercanía y humildad con la demanda para comprender el espíritu de la problemática a resolver.

Cercanía y humildad con el proceso de de- finición del disen�?o de investigación y con el trabajo en todas sus fases.

Cercanía con el caudal de herramientas es- tadísticas para tomar aquellas que más se adecuan a los propósitos de la investigación en curso, así no estuviesen planificadas en el comienzo de la investigación.

Cercanía y humildad con el propio equipo que lleva adelante la investigación, para crear el clima propicio para estimular las ca- pacidades de cada uno.

El concepto de oficio, sentimos, es una defi- nición de comportamiento e interacción diaria. Es una postura. Un estilo. Una filosofía de trabajo.

Una actitud humilde y una labor artesanal permiten descubrir todos los aspectos del objeto de estudio, con una mente abierta y el en- tusiasmo que genera el desafío, donde la experiencia y las herramientas son sólo eso, contribuciones que ayudan a descubrir y no se convierten en un molde donde debe “encajar” la investigación.

¿Cómo lograr articular lo que entendemos como la esencia de nuestra actividad con la realidad concreta de nuestro medio? Son varios los aspectos que deberíamos desarrollar para contestar esta pregunta pero, considero funda- mental, enfocarme en dos: el perfil empresario y la situación de contexto.

En nuestra concepción y, especialmente para una actividad de servicio como la nuestra, la empresa debe ser un medio y no un fin en sí mismo. La organización empresaria es una herramienta que posibilita un encuadre organizacional formal, racional, ágil y dinámico que funciona como un cuerpo integrado para aten- der las necesidades de nuestros contratantes.

Cuando “la empresa” y sus objetivos son concebidos con un énfasis exclusivamente comercial y éstos se ubican por encima de los ob- jetivos de la prestación profesional de servicios de calidad, entra en crisis algo fundamental para el investigador: su confiabilidad, en el más amplio sentido de la acepción.

Con respecto al contexto, que no es otro –en la mayoría de los casos- que el de nuestro país, exige de cada uno de nosotros la puesta en práctica de la mayor eficacia, creatividad, pro- lijidad y dedicación, para comprender el sentido de las acciones de una población impactada en su historia cercana (y no tan cercana), por diferentes hechos.

Ante una realidad cambiante, convulsio- nada, multivariada en los fundamentos de sus acciones y opiniones de nuestra población, las técnicas y metodologías parecen tornarse débiles o insuficientes para cumplir con el objetivo de su comprensión. Es aquí donde la creatividad y la cercanía, la humildad y lo artesanal de lo que hablábamos al principio pasan a tener un rol preponderante.

Por supuesto hay que apelar a todos los softs disponibles, herramientas estadísticas, (muy poco usadas por cierto) y todo lo que con

tribuya a una mejor comprensión. Pero, ¿cómo conjugar, cómo articular el uso de la más alta tecnología con el trabajo artesanal? Entiendo que poniendo cada una en su lugar. Una herramienta será siempre eso. Es la actitud activa de investigador la que le da sentido a su uso y sus resultados, y no a la inversa.

Por consiguiente, no es una cuestión menor el recurso humano: crear un equipo de trabajo estable y permanente permite poner en marcha esta visión, formando y capacitando en este estilo de trabajo.

Trabajamos para el cliente pero también con el cliente. Vale la pena transmitir e intercambiar opiniones sobre la complejidad de la tarea que enfrentamos para lograr un buen resultado final. Cuando se confunde nuestra pro- fesión con la de “encuestador” o “informador” (casi periodístico) de la realidad, es muy probable que el resultado sea pobre o su utilización, equivocada

Por último, tengo la convicción de que esta- mos íntimamente ligados al desarrollo de nuestro país, contribuyendo de manera concreta al logro de mayor competitividad –ya sea de productos o servicios-, y de una mayor compresión político-cultural, tratándose de estudios de opinión.

De la correcta interacción entre el equipo investigador y el público con que nos relaciona- mos en la tarea de llevar a cabo una investigación, dependerá -en buena medida- la obtención de resultados confiables, con aná- lisis profundos, implicaciones de mercado y re- comendaciones que permitan a los usuarios conducir sus acciones en la dirección correcta y, fundamentalmente, generar en cada uno de ellos, la íntima certeza de que se puede delegar con confianza en manos expertas.



Juan Carlos Tejada

Director de Sonde Jefferson Davis

Qualitativa
TESI
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AZI Andrea Zar
Jimena Bustos
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CIO
Vanesa Halperin / Diego Segovia