Víctor es un reconocido y experimentado planner. “Al planning —señala— se llega, es algo que se descubre; en mi caso, pasando antes por el research.” Es socio fundador de SAIMO.
¿Sabías desde que estudiabas que querías orientar tu profesión hacia el planning, o cómo fue que se dio?
Fui a un secundario técnico y pensaba estudiar Ingeniería Electrónica. Terminando el ciclo me di cuenta de que también me interesaba todo lo vinculado con el comportamiento social, el porqué de las conductas humanas. Estudié Comunicación Social en la USAL y más tarde Psicología en la UBA; siempre construí puentes entre ambas. El rigor, la disciplina, el pensamiento lógico, la facilidad con matemáticas… todo eso me lo dio la formación secundaria técnica y me sirvió mucho en mi carrera.
¿Cuál fue tu primer trabajo vinculado con el tema?
En el secundario aprendí dibujo técnico, y eso me habilitó a trabajar en departamentos de arte en agencias de publicidad. Un trabajo creativo relacionando la comunicación con la psicología. En ese momento pocas agencias de publicidad tenían departamentos de research: Lautrec era una de ellas, y Eduardo Grüner lideraba esta área junto a Alberto Pierpaoli como director de Marketing. Empecé a trabajar allí, y ése fue mi primer trabajo vinculado con el tema. Coordinaba focus groups al principio, y fui creciendo hasta ser director de Investigación. Estuve diez años.
¿Cómo fue que llegaste a ocupar posiciones de liderazgo en todas las agencias de publicidad donde trabajaste?
Evidentemente soy un hombre de estructuras, siempre. Excepto ahora y desde hace unos pocos meses, he trabajado en grandes empresas. Me gustan el equipo, la interacción. Estuve más de veinte años en Young & Rubicam, donde fui director de Planning, y los últimos cinco años ocupé el cargo de director de Planeamiento Estratégico en DDB.
¿Qué es el planning para vos?
Para mí al planning se llega cuando te animás a agregar al conocimiento que tenés, a los datos, visión e imaginación. Es sumar inspiración y dirección a la energía creativa. Es correr ese riesgo, proponer un punto de vista, atreverse y poder pensar tanto creativa como estratégicamente.
¿Alguna vez te tomaste un año sabático?
No exactamente. Sí me tomé unos meses para capacitarme en creatividad, innovación. Cuando estaba en Lautrec, me fui tres meses a Europa y pensé que podría quedarme, pero me ofrecieron una licencia sin goce de sueldo y me guardaron el puesto. Decidí volver. Te dije: soy un hombre de estructuras.
¿Qué es lo que más te divierte de tu trabajo?
Creo que todo. Posiblemente esta posibilidad de ir más allá, de darme esa libertad para buscar conexiones por fuera de la caja, como dicen; de pensar con otros y de repente que de ese intercambio aparezca “eso” que te abre la puerta a aquello que te faltaba para terminar de entender algo, ese insight que buscabas para crear conexiones relevantes.
¿Qué consejo les darías a los jóvenes profesionales de hoy?
Principalmente que sean receptivos a la diversidad, la diversidad enriquece. Tratar de ser abiertos y evitar las falsas dicotomías como cuali/cuanti, big data/small data, high tech/human center, performance/branding. Trabajar en la integración tomando lo mejor de cada aspecto, trabajar colaborativamente, crear con otros. Es en la interacción con otros donde resulta más probable que aparezca aquella “epifanía” que todo lo cambia.
Alguna anécdota del ambiente laboral que nos puedas contar…
Cuando trabajaba todavía en el departamento de arte de una agencia de publicidad, ya sabía, porque había averiguado, que quería trabajar en Lautrec. Un día fui con un amigo a la entrega de los premios Clio y a la salida lo vi a Eduardo Grüner; lo encaré, le dije que estudiaba Comunicación y Psicología, que quería trabajar ahí. Entré como pasante por tres meses ad honorem hasta que me efectivizaron.
¡Qué foco! ¡La tenías clara!
Sí, me había focalizado en tres lugares en los que quería trabajar, y a ésos les puse todas las fichas. ¡Me salió bien! Ése es un consejo que luego recibí también de una persona respetada por mí: no perder energía y dispersarse, sino focalizar y poner todo en las dos o tres cosas más relevantes.
¿Qué libros tenés en tu mesa de luz?
Homo Deus, de Harari; Emprendimientos sociales sostenibles, de McKinsey & Company, y A Master Class in Brand Planning / The Timeless Works of Stephen King, una selección de los 20 artículos originales más importantes publicados por Stephen King, y prologados por los más respetados y contemporáneos profesionales de esta práctica.
¿Redes sociales?
Uso LinkedIn, Twitter un poco. Instagram, sólo para mirar cosas de otros. Facebook para nada, no tengo cuenta ahí.
¿Qué te está dejando esta cuarentena hasta ahora? ¿Qué tal la llevás?
La certeza de que podemos vivir con muchas menos cosas materiales de las que solemos “necesitar”, que los afectos son lo más importante. Es un tiempo para la introspección, meterse dentro de uno, revisar cuestiones. Y también de prepararse para lo que viene. Creyendo que no vamos a salir iguales de esto. Por suerte la llevo bastante bien, vivo en un lugar agradable, tengo jardín y trato de aprovechar el tiempo para hacer otras cosas que me gustan, como tocar el piano, la guitarra. Cocino, lo cual resulta una ayuda importante a la casa. Tengo dos hijas adolescentes que son hiper respetuosas de la cuarentena; no han puesto un pie en la vereda desde que esto comenzó. Una generación que es muy consciente de lo que pasa y de respetar las reglas para evitar contagios. Me sorprende.
¡Gracias, Víctor!
Víctor Fantauzzo.
Founder & Consultant at UNDERSTANDING