Prestar atención a la salud emocional además de la salud física es una necesidad que cobra creciente relevancia con las sucesivas prolongaciones de la cuarentena, y la ausencia de un plan alternativo a esperar que el virus se debilite o desaparezca para recuperar la vida social y laboral.
Si bien, al día de hoy, Argentina ha logrado evitar el colapso del sistema sanitario y los niveles de mortalidad a causa del coronavirus son relativamente bajos, la salud emocional de la población está fuertemente resentida, como se evidencia en una encuesta reciente realizada durante la primera quincena de mayo de 2020, que arroja indicadores particularmente alarmantes para jóvenes de 20 a 29 años.
Las consultoras Wonder y Navarro Research incorporaron en su encuesta mensual de coronavirus la medición de la salud emocional de la población durante la cuarentena, implementando una metodología similar a la de una consultora de Nueva Zelanda. De esta manera, además de contar con los resultados para nuestro país, se pudo cotejar estos resultados con los de otra sociedad como referencia.
En ambos países la encuesta se llevó a cabo en la segunda semana de mayo, en base a una muestra estratificada de alrededor de 1000 casos online, ponderada según datos censales para representar a las respectivas poblaciones. La encuesta se realiza durante cuarentenas con similares niveles de restricción en ambos países y una fecha de inicio muy cercana. También los niveles de aprobación de sendos gobiernos era similar. Y aunque en términos absolutos Argentina tenía más muertos, en términos relativos al tamaño de la población las cifras no diferían demasiado.
Se relevaron 10 emociones, 5 positivas: esperanza, alegría, cariño/ternura, disfrute, calma/serenidad y 5 negativas: Miedo, Frustración, tristeza, ansiedad, enojo.
En Argentina, la proporción de la población que experimenta casi todas la emociones negativas estudiadas duplica o más que duplica su incidencia en la población neozelandesa. Además, en Nueva Zelanda se experimenta las emociones positivas en mayor proporción que en Argentina. Solo hay paridad entre ambos países respecto de la esperanza.
Profundizando el análisis de la salud emocional en diferentes segmentos de la sociedad, se evidencia que tanto en Argentina como en Nueva Zelanda, los jóvenes son los más afectados por la medida del aislamiento obligatorio. Sin embargo, su sufrimiento emocional es signficativamente más acentuado en Argentina, igual que ocurre en la población total.
En Argentina, al menos 1 de cada 2 jóvenes de 20 a 29 años siente miedo, ansiedad, tristeza o frustración; 4 de cada 10 se sienten deprimidos o enojados y 3 de cada 10 se sienten solos. Las emociones positivas tienen en general registros mucho mas bajos. Aun asi el 45% de jóvenes se siente con esperanza.
Los jóvenes, un grupo que ya se sabe castigado en lo laboral por las persistentes crisis económicas en el país, con la cuarentena ven agravada su situación más que el resto de la población. El 12,5% declaró que ya antes de la cuarentena estaba desocupado. Del 47% que estaba ocupado, el 42% dejó de percibir ingresos, un 10% mas que entre los ocupados mayores de 35 años. La elevada preocupación por la situación económica del país es generalizada (84% de la poblacion esta muy preocupado), pero entre los mas jóvenes crecen las preocupaciones mas inmediatas y acuciantes sobre la economíapersonal.Temen en mayor medida no tener trabajo / ingresos en la cuarentena, no poder cubrir necesidades alimentarias y el pago de servicios básicos (alquiler, luz, gas).
Sin embargo, 68% aprueba la gestión del gobierno de la pandemia, 63% tiene una imagen positiva del presidente y 55% cree que la cuarentena tiene que durar tanto como sea necesario, aún cuando 83% presume que la recesión podría causar mayores estragos que el virus.
Pandemia y cuarentena encierran a los argentinos, incluidos los jóvenes, en una visión fatalista del devenir: nos sentimos sufrientes, atemorizados, pero paralizados, impotentizados para intervenir de algún modo que nos haga sentir mejor.
El coronavirus atrapa nuestra subjetividad aunque el cuerpo se salve. Se erige en un absoluto que impide pensar en términos relativos el daño que produce esta pandemia en otras dimensiones vitales más allá de la dicotomía vida-muerte.
En un país donde es tan difícil para los jóvenes forjarse un futuro, la pandemia clausuró de un plumazo cualquier iniciativa juvenil, sumiéndolos en una incertidumbre profunda, de la que solo queda exenta la certeza de que tendrán que esperar mucho para retomar sus proyectos y para recuperar el tiempo perdido. Habrá que atravesar la pandemia, cuya fecha de caducidad es desconocida, para después inaugurar el tiempo de la reconstrucción de una economía que se anticipa en ruinas. Y los jóvenes esperando su turno al final de la fila.
Es esencial emprender políticas que atiendan con urgencia la salud emocional de los jóvenes para que recuperen capacidad de idear proyectos y energía creativa para concretarlos.
Fuentes:
-Encuesta Covid mayor Consultora Wonder y Navarro Research
-Encuesta Leger Nueva Zelanda: https://www.perceptive.co.nz/covid-19-new-zealand-insights-tracker-
-Ministerio de salud de Nueva Zelanda: https://www.health.govt.nz/
Carolina Yellati
Directora de la Consultora Wonder. Desde el 2008 desarrolla el panel regional WonderPanel para la aplicación de encuestas online
Cristina Navarro
Funda Navarro Research en 1996
Investigadora y consultora en estrategia y comunicación de marcas
Gold standard researcher –Unilever Global Accreditation Program
