Los efectos de la convivencia en la (pos)pandemia eterna se están asomando y tomando mayor robustez corpórea a diario. La incertidumbre emerge como una vedette en la sociedad y las brújulas del status quo parecen estar en el taller. Lo único cierto que tenemos es la duda cíclica.
Rápidamente podríamos afirmar que la única certeza con la que podemos administrar el paso del tiempo es la Inercia Ordenada. En estos momentos se estará preguntando ¿a qué se refiere? o ¿qué contiene? ¿Será beneficiosa? ¿Es costosa? Entre múltiples interrogantes que pueden surgirle.
Para ello, repasemos algunas cuestiones que aparecen con fuerza, por un lado en los ámbitos públicos ¿cómo hacer campaña política electoral? ¿cómo el elector espera construir esa relación con los dirigentes? ¿Cuánto apego y afección puede haber en esta relación líder-liderados? En los ámbitos privados, ¿hay un nuevo orden relacional entre oferta y demanda? ¿Cuáles son las nuevas dimensiones que establecen los clientes para la fortaleza de los mercados?
Ensayemos dos envolturas que nos permitan, al menos acercarnos al abordaje más exhaustivo de la cosa: 1) sistema analógico a digital y 2) orden por objetivos a tarea habitual. El primer acápite se refiere a la nueva mediatización entre unos y otros, a través de dispositivos que están conectados a múltiples “comunidades”, que implican la inclusión objetiva y en consecuencia la pertenencia subjetiva pero que exige un conocimiento previo que se actualiza permanentemente, que permite interactuar hasta incluso con espacios abstractos. El papel, la firma, la certeza, el cara a cara, el que otro me diga cómo hacerlo no están más. No van más. Vos sos el único protagonista de esta historia multidimensional que excede a la posibilidad de estar en un único espacio – tiempo.
El segundo apartado exige acuerdo de resultados. La creatividad, la imaginación, las distintas rutas para lograr el acuerdo son lo importante. El cómo se realiza no tiene importancia, porque el avance como persona en un grupo, equipo o comunidad es de todos, es totalmente simbiótico; dando lugar a la sinergia como el cuore motion de todo. El hacer de manera reproductiva y secuencial se torna obsoleto. El concepto que nutre la discusión es la productividad máxima.
Y he aquí el desafío para los profesionales de la investigación social, de opinión pública y de mercado, de tener que activar todo el potencial para estar en la vanguardia de las nuevas exigencias de los clientes que llegan con necesidades ambiguas pero que en el fondo implica bucear en lo extraño que puede significar la cotidianeidad, de no quedarnos con el número aislado de un índice sino de su significancia metaestadística, que le permita al cliente tomar decisiones.
Implica deshidratar ese estadío “natural” de inercia y someterlo al tamiz del interés personal, grupal o comunal, que habilite correr el límite de lo seguro y desagregarlo de modo que pueda uno intervenirlo, ajustarlo, modificarlo, apelarlo y someter al confort deseado.
Licenciado en Ciencia Política (UCC)
Especialización en Comunicación Política (UCC / Georgetown University)
Doctorando en Política y Gobierno (UCC)
Director en BORGOGNONI Consultoría Política