El futuro del trabajo se encuentra en una constante transformación, lo que implica un cambio significativo en las reglas laborales del siglo XX.
En la actualidad, la vida y la identidad personal ya no se definen por la fábrica o la oficina, que antes solían ser el eje central de su organización diaria. Por el contrario, las personas ahora buscan definir un proyecto de vida y eligen su trabajo a partir de ese proyecto, lo que a menudo va en contra de algunas culturas empresariales tradicionales.
En el siglo pasado, el trabajo era visto como un lugar físico donde se cumplía un horario determinado y se buscaba producir una cierta cantidad de bienes o servicios. Y representaba también, una fuente de identidad personal. Pero hoy en día, el trabajo ya no tiene fronteras y se centra en la calidad de los resultados, cada vez menos en la cantidad. Los y las colaboradore/as persiguen propósitos y objetivos de desarrollo personal, y especialmente las nuevas generaciones y en NSE medio-altos, prefieren experimentar con su vida en lugar de enfocar toda su energía en un trabajo en pos de ser propietarios de ciertos bienes.
Vemos en las últimas investigaciones, que el desarrollo profesional ahora se enfoca en la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades, pero la manera de acceder a ellos también ha cambiado, se reconoce que la capacitación debe ser continua y se consideran opciones menos tradicionales.
Por otro lado, la participación en la toma de decisiones y en experiencias significativas ahora es más valorada que la estabilidad laboral.
El compromiso sigue siendo una actitud importante, pero existen tensiones al evaluar quién está más comprometido: ¿alguien que cumple todas las metas en una hora y luego no trabaja, o alguien que cumple las metas en ocho horas?
El teletrabajo, la digitalización acelerada y la conectividad permanente han borrado los límites entre la vida laboral y personal de los trabajadores, y ahora es parte de la discusión un nuevo modelo de bienestar que incluya las horas y días de trabajo.
La pandemia aumentó la ansiedad, la angustia y la sensación de estar abrumado en un 80% de los trabajadores. En el último Estudio de Expectativas y Observacion de Tendencias con una muestra de 1000 personas a nivel nacional, el 35% de las personas encuestadas dijo estar poco o nada satisfecho con su trabajo actual, especialmente entre los millennials, donde esta cifra ascendió al 42%.
La dicotomía entre trabajo remoto y oficina pierde peso. La flexibilidad se convirtió en la nueva normalidad y las empresas deben adaptarse a esta tendencia para “enamorar” a sus empleados. Los millennials son, en particular, la generación que más sufre de cansancio, estrés e insatisfacción laboral, a menudo motivados por la falta de proyección y estímulos emocionales, bajos salarios e inestabilidad.
Para abordar estas preocupaciones, las empresas deberían centrarse en desarrollar aspectos que prioricen a la persona sobre el colaborador, la experiencia de vida sobre la laboral, las necesidades y sentimientos, el bienestar, un buen clima laboral, y la empatía. En lugar de enfocarse en el liderazgo como un fin en sí mismo, los líderes deben adoptar un enfoque centrado en las personas, lo que significa liderar como medio para lograr resultados y no al revés.
Es fundamental abordar la crisis de liderazgo actual, en la que el 70% de los puestos jerárquicos experimenta estrés laboral y la mitad ha considerado renunciar en el último año. Además, una considerable proporción de trabajadores (33%) no encuentra motivación en ser líder.
En cuanto al futuro del empleo, se espera que los trabajos sean más flexibles y requieran una menor sobre-especialización, lo que exigirá una mayor capacidad de reinventarse y un entrenamiento continuo.
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Las habilidades más valoradas serán el pensamiento analítico e innovación, aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje, resolución de problemas complejos, pensamiento crítico y análisis, creatividad, originalidad e iniciativa, liderazgo e influencia social, uso, monitoreo y control de tecnología, diseño y programación de tecnología, resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad, razonamiento, solución de problemas e ideación.
"Para transformar la fuerza laboral, las empresas y los gobiernos deberían trabajar juntos invirtiendo en capacitación y promoviendo la creación de empleo. Esto asegurará que la fuerza laboral esté preparada para el futuro y pueda enfrentar los desafíos y oportunidades que se presenten", concluye Mociulsky.
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Consultora de Investigación y Tendencias
Insight250 Winner 2021/22
