Si utilizas información para la toma de decisiones, presta atención, porque este artículo es para ti.
Toda empresa quiere, al mismo tiempo, tres cosas: rapidez, calidad y bajo costo. ¿Se puede lograr? O, mejor dicho, ¿se puede lograr todo esto sin comprometer alguno de estos tres factores? Lamentablemente, la respuesta no es sencilla. Muchas veces, el dilema de la sábana corta se impone. En este contexto, la tecnología, y más específicamente la inteligencia artificial, promete ser una herramienta que podría ayudarnos a acercarnos a ese ideal de obtener información rápida, precisa y a un costo accesible. Veamos algunas ideas.
En mi experiencia como investigador, uno se encuentra con diferentes perfiles a la hora de encarar un proyecto. Cada perfil tiene sus prioridades y, lo que es más interesante, cada uno está dispuesto a sacrificar distintos aspectos en busca de aquello que considera más importante ¿En cuál de estos perfiles te reconoces? (pueden ser los 3 dependiendo de la situación).
El Con-Prisa:
Tienes aquí el reloj como enemigo. Corres contra el tiempo porque el lanzamiento del producto es inminente, o porque tienes una reunión clave con inversores y necesitas mostrar números. ¿Te resuena? Necesitas información ya mismo, sin importar demasiado el costo, pero, claro, a la vez con las limitaciones presupuestarias clásicas. Porque, y esta es la paradoja, cuanto más rápido quieres las cosas, más caro suelen salir. La lucha no es sólo contra el tiempo, sino también contra los recursos. Y lo peor, tus superiores solicitan la información de calidad, porque los stakeholders no se van a conformar con un informe que tenga grietas. Tienes mucho en juego y no puedes permitirte errores.
Ahora, ¿qué puedes hacer si te encuentras en esta situación?
Solución 1: Negocia más tiempo. Parece obvio, pero muchas veces no lo hacemos. Intenta explicar los riesgos de ir a toda velocidad. Es probable que consigas, aunque sea, unos días adicionales.
Solución 2: Pide más presupuesto. A veces, cuando los demás entienden la urgencia y lo que está en juego, son más flexibles con los fondos. No pierdes nada con preguntar.
Solución 3: Acá entra la inteligencia artificial. Las nuevas herramientas de la AI pueden darte información de buena calidad en tiempos récord y con costos mucho más bajos que los métodos tradicionales. Los algoritmos de análisis de datos, el procesamiento de lenguaje natural y los sistemas de automatización permiten que, en cuestión de horas, tengas resultados que antes te llevaban días o semanas. Es una buena solución si tu prioridad es la rapidez.
El Analítico:
No tienes tanta urgencia, pero sí requieres profundidad. Quieres entender cada detalle del mercado, la estructura de la competencia, los factores que podrían influir en las decisiones de tus clientes, y más. Te interesa más el largo plazo. Aquí los resultados superficiales no sirven de nada. Quieres ver modelos complejos de análisis, proyecciones y escenarios. Sin embargo, tienes un problema: ya agotaste la posibilidad de pedir más recursos. Esto puede ser porque ya has hecho un pedido grande, o simplemente porque la empresa tiene un presupuesto muy acotado. Entonces, ¿qué opciones tienes?
Solución 1: Utiliza los recursos internos. Muchas veces, dentro de la misma organización hay datos valiosos que no se están explotando. Revisa los informes previos, habla con los equipos de marketing o ventas, y empieza a armar un panorama con lo que ya tienes (a veces las anteriores gestiones no organizaron toda la información de manera adecuada… ).
Solución 2: Las universidades suelen tener programas de investigación donde pueden realizar análisis profundos a bajo costo. Estos programas pueden ser una opción excelente cuando se requieren modelos complejos, y contratar una consultora externa no es viable.
Solución 3: La AI no solo acelera los procesos, sino que también permite analizar grandes volúmenes de datos con una precisión que antes era impensada. Por ejemplo, puedes usar bots de repreguntas automáticas que generan un seguimiento más detallado de las entrevistas en profundidad. Incluso, puedes ahorrar hasta un 25% del costo tradicional en tareas como desgrabaciones y análisis descriptivos. No es magia, pero ayuda bastante.
El Acotado:
Aquí ya gastaste todo tu presupuesto anual, pero te encuentras en una situación donde necesitas hacer un estudio adicional que es imprescindible. El problema es que no tiene más margen para maniobrar: el costo del estudio excede ampliamente lo que puedes gastar, pero el proyecto es urgente y la empresa no va a aceptar excusas. La presión es enorme, porque no hay espacio para negociar internamente, y tienes que encontrar la forma de obtener la información, sí o sí.
¿Alternativas?
Solución 1: Negocia con tu proveedor. Si tienes una relación de confianza, es posible que puedas acordar que el gasto se compute para el siguiente período calendario. De esta manera, resuelves el problema inmediato sin comprometer el presupuesto actual.
Solución 2: Diseña el estudio para que se realice a lo largo del tiempo, en forma de programa. Si repartes los costos en varios períodos, es más fácil que la organización los absorba sin sentir que todo recae en un solo momento.
Solución 3: Y, nuevamente, la AI puede ser tu aliada. La AI puede generar 'data sintética', que es información artificialmente creada para complementar estudios reales con una precisión asombrosa. Esto permite reducir el tamaño de la muestra real sin comprometer la fiabilidad de los resultados.
¿Es la AI la solución de todo?
No, y no deberíamos caer en el error de pensar que la AI va a resolver mágicamente todos nuestros problemas. El dilema de la sábana corta, como decíamos antes, sigue estando presente: si cubrís una parte, algo va a quedar al descubierto. Pero lo que sí es cierto es que ahora tenemos más herramientas sobre la mesa. La inteligencia artificial es una de ellas, y aunque no sea la solución definitiva, nos permite ser más ágiles, optimizar recursos y, en algunos casos, reducir costos sin sacrificar calidad.
Hoy en día, nunca ha habido tantas alternativas para tomar decisiones. Aprovechemos estas herramientas y, sobre todo, no tengamos miedo de explorar lo que la tecnología nos ofrece. El mundo cambia rápido, y quienes no se adaptan corren el riesgo de quedarse atrás.
CEO & Founder