¿Sabías desde que estudiabas que querías orientar tu profesión hacia la investigación de opinión pública… o cómo fue que se dio?
En realidad no. Tenía una vocación indefinida en términos de carrera, pero sí muy orientada a los temas vinculados con ayudar a resolver patologías individuales o sociales.
¿Cuál fue tu primer trabajo vinculado con el tema?
Una investigación sobre desarrollo de comunidades rurales en Formosa. Se trató de una consultoría que contrató por licitación el BID para dos localidades en el interior de la provincia y que significó estar conviviendo con los tobas durante casi un año. Fue una experiencia increíblemente positiva.
¿Cómo fue que llegaste a trabajar en opinión pública política?
Fue luego de un camino que comenzó en el Instituto Torcuato Di Tella como investigadora de un proyecto que dirigía Enrique Oteiza sobre “Fuga de cerebros”. También allí trabajé en un proyecto dirigido por Eliseo Verón sobre “Semantizacion de la violencia política”. Con el Proceso emigré a Colombia. Al regresar, en 1983, me hice cargo del Departamento de Investigación de Mercado de la agencia Leo Burnett/Argentina. Allí, y especialmente en Chicago —donde la empresa contaba con un área de investigación con ciento veinte especialistas—, me asomé al mundo de la investigación de mercado.
¿Cómo fue que lograste tener tu propia consultora?
Luego de varios años, en 1989 Manuel Mora y Araujo, a quien había tenido como profesor en la UBA, me propuso asociarme a su estudio para desarrollar el área de investigación de mercado. Fue en esa etapa que realmente profundicé mis conocimientos y experiencia en investigación de opinión publica política e institucional, a lo que me he dedicado desde entonces.
¿Alguna vez te tomaste un año sabático?
No podría.
¿Qué es lo que más te divierte de tu trabajo?
En realidad no me divierten exactamente cosas de mi trabajo. No me parece que ese concepto aplique. Me place enormemente encontrarme con gente inteligente, creativa, sensible y ética. Y poder trabajar en proyectos juntos.
¿Qué consejo les darías a los jóvenes profesionales de hoy?
Abrir su mente. Mirar y observar todo. Preguntar mucho y, sobre todo, terminar las frases o las ideas que expresan con un signo de interrogación. Algo así como “¿Qué te parece?”. Trabajar multidisciplinariamente. Interpretar los datos que provienen de la investigación de base desde la confluencia de diferentes abordajes, apelando a la sociología, la semiología y la psicología social, entre otros.
¿Cómo ves hoy la industria de la investigación de OP y de mercado?
En algunos aspectos, atrasada metodológicamente y poco rigurosa en los controles y el manejo público de la información que se publica. Sigo creyendo en la investigación de opinión pública más como perteneciente al mundo de la ciencia política que al de la industria.
¿Qué pensás de la investigación online en estudios de opinión pública?
Es una alternativa útil y que además ya forma parte de los dispositivos de recolección de información, junto con el CATI, la IVR y las coincidentales habituales. Todos ellos, producto de las dificultades económicas y la demanda de mayor agilidad en la generación de información. No obstante, nada mejor que una buena encuesta domiciliaria basada en una buena muestra aleatoria y precedida por algún abordaje cualitativo. Es casi como comparar un buen traje a medida y una prenda de confección masiva.
Algo absurdo que te haya pasado en el ambiente laboral que nos puedas contar… alguna anécdota..
Muchas. Estoy escribiendo un libro sobre ellas…
¿Qué libro tenés en tu mesa de luz?
Las 21 lecciones para el siglo XXI, de Yuval Noah Harari; Vivir es resistir, de Jorge Semprún; El malestar de la democracia, de Carlo Galli.
¿Usás redes sociales: LinkedIn, Facebook, Twitter…?
Uso Twitter (con restricciones). No me gusta Facebook. Entiendo su aspecto de apertura y democratización de la información, pero me molesta ese juego de relacionamiento virtual en que gente que no se conoce comparte intimidades y experiencias vitales con tanta superficialidad.
Graciela Römer
Directora del Estudio Graciela Römer & Asoc.